El caso Vallecas

Sonidos raros, manchas color marrón con un aspecto similar al de la baba, figuras religiosas en mal estado. Esto fue lo que relato la Policía Nacional después de visitar la casa de Estefanía, una joven que fallecería bajo extraños sucesos después de haber jugar la Ouija.

Estefanía tenía 18 años, vivía en la ciudad de Vallecas cuando todo esto ocurrió, pues un día de marzo en 1991 había decidido jugar esta macabra tabla en compañía de sus amigas, todas se encontraban en el colegio sin nada que hacer porque una de sus profesoras no había asistido ese día, la razón por la que decidieron jugar fue porque querían contactar al novio de una de ellas que había fallecido en un accidente de moto. Al empezar las sesiones, fueron sorprendidas por una profesora del colegio que al ver lo que estaban haciendo decidió quitarles la tabla rompiéndola en dos partes, haciendo que el vaso con el que estaban jugando también se rompiera y el humo color blanco se adentrara en la nariz de Estefanía.  

Sin embargo esa no había sido la única ocasión en la que Estefanía había practicado espiritismo, pues ella solía hacerlo con bastante frecuencia en meses anteriores, jugando sola y acompañada pero a raíz de esta última sesión fue cuando sus problemas apenas se estaban avecinando. Empezó a tener convulsiones tan fuertes al grado de quedarse paralizada tartamudeando con los ojos en blanco, sufriendo también de alucinaciones, ella contaba que veía y escuchaba cosas en su propia casa, voces que le hablaban diciéndole “ven con nosotros”.

Su salud cada vez iba empeorando más y más hasta que en Agosto de 1991 la tuvieron que internar en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, donde el 14 de ese mismo mes, habría fallecido por un fuerte ataque que terminaría en catalepsia severa, la joven en sus últimas horas de vida solo gritaba y tenía convulsiones.

Tiempo más tarde el forense estaría indicando la muerte de Estefanía como “súbita y sospechosa”, mientras que los padres apenas empezarían a sufrir de verdad los sucesos paranormales que ocurrían en la casa, gritos de dolor acompañados de carcajadas de un anciano que se podían escuchar en todos los cuartos, la madre de la joven, Concepción, aseguraba que se estaba tratando de su padre, quien había fallecido 5 meses antes de la muerte de su hija y les había dejado bien claro que les haría la vida imposible ya que siempre sintió odio por todos ellos.

Concepción decidió hacer algo al respecto para averiguar lo que estaba pasando, poniendo harina en el piso de la casa y poniendo hilos entre las puertas, acciones que más tarde le provocarían un gran escalofrió ya que encontraría huellas de zapatos de hombre y todos los hilos arrancados.

Todo esto se fue poniendo cada vez más intenso, Concepción sentía que le tocaban las manos y los pies en las noches por lo que ella y su marido optaron por colocar una alarma adentro de la casa que llegaba a sonar sin que nadie se encontrara adentro. Fueron pasando más acontecimientos que atormentaban a la pareja y a sus hijas que aseguraban ver siluetas.

Cansados de la situación fue cuando decidieron hablarle a la policía para que los auxiliarían y les pudieran decir que estaba ocurriendo con su casa, cuando llegaron no le pudieron dar una explicación razonable a lo que estaba pasando. La familia al final termino vendiendo el piso y los inquilinos que lo ocuparon más tarde aseguraron que nunca llegaron a ver algo extraño. Hasta la fecha no se le encuentra una explicación lógica a este caso, siendo uno de los más relevantes de la parapsicología en España.


Dato curioso: la película de Verónica esta inspirada en el caso de Estefanía. 

Infografía de Pictoline
 Con información de:

         

          

        


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